BREVE HISTORIA:
En 1995, la industria de la motocicleta nacional vivió un año record en ventas, con más de 132.000 unidades vendidas, pero decayó dramáticamente a partir de 1998 y hasta el año 2000, afectando a todas las ensambladoras. A pesar de esta época de crisis, hubo modelos que se destacaron por su alto desempeño y tecnología, como fue el caso de la Kawasaki Víctor 150cc, 2 tiempos, de corte deportivo, que contaba con 34 caballos, una increíble potencia para su cilindrada y que se ensambló desde 1997 hasta el 2002, así como la Kawasaki K-1 115cc, catalogada como la semiautomática más rápida y deportiva que se ha ensamblado en el país. Estos dos modelos se dejaron de comercializar básicamente por su alto precio para el momento que vivía el mercado.
La relación comercial y técnica iniciada con Kawasaki a principios de los noventa, siguió madurando y fortaleciéndose a lo largo de toda la década, tiempo durante el cual, gracias a un dinámico equipo gerencial, una excelente planta de ingenieros – que trabajaron mancomunadamente con los de Auteco - alianzas con varios socios tecnológicos y acuerdos de colaboración con casas de diseño, permitió que dieran un importante salto cualitativo en la calidad de sus productos y, lo más importante, que les realizaran una gran cantidad de mejoras técnicas que los hacían más apropiados para nuestro medio. Como anécdota se cuenta que cuando vinieron los ingenieros de Bajaj a nuestro país y vieron pasar una Plus a más de 80km/h, quedaron aterrados de la velocidad a la que circulaba y comentaron que en la India todo el mundo andaba despacio, por lo que estas motos no estaban diseñadas para el uso que se les estaba dando aquí.
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